Descripción
Ubicación
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Muy profesional, excelente servicio y calidez.
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Muy lindo ambiente. Carlos muy agradable y respetuoso. Quizá me hubiera gustado más potencia en los masajes, pero era la primera vez y hay que conocer al otro. Así que bien.
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Excelente profesional! Ambiente tranquilo y reconfortante! Más que recomendable en una sesión me alivio el dolor que tenía.
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Me pareció muy profesional y realmente me alivió mucho una lesión crónica que tenía en el hombro. Ademas el trato es excelente. Pienso volver a ir. Lo recomiendo.
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A veces adquirimos entradas para ver la obra de un artista (en cualquiera de los lenguajes en que el arte humano se manifiesta)
A veces, suponemos que es muy costosa la tarifa, o se nos hace difícil llegar a la cifra requeridaA veces salimos de esa experiencia como con el alma “vestida de domingo”…engalanados y llenitos, con algún registro que en simultáneo va, desde lo más íntimo a lo más universal…Cómo si sintiéramos la alineación de todos los átomos en la misma danza, y que en esa vibración se nos permite bailar.
ESAS veces, sentimos que el valor de cualquier entrada, o el intercambio económico no alcanza para retribuir lo recibido. Esas veces un simple y sentido GRACIAS o un gesto de saludo que crece sincero desde adentro, como una especie de reverencia, son las únicas monedas de cambio posibles…cuando la palabras y el dinero no alcanzan para retribuir aquello que no tiene precio, qué está más allá, en una dimensión en la que el comercio no entra.
SIEMPRE (y no “a veces”) ocurre eso con la sesiones de masajes que brinda Carlos. En cada maniobra, un diálogo corporal, una dedicación profunda y amorosa, el acto de creación de un momento (en) PRESENTE para re-ligar el cuerpo con si mismo y con una manera de estar en el mundo… Una manifestación de arte, que trasciende la técnica de un oficio.
Entonces…A veces, nos regalamos esos momentos, invertimos en devolverle al cuerpo ese “estado de gracia” que debió ser nuestra naturaleza y salimos de las sesiones renovados, cómo “reverdecidos”, sintiendo todo lo liviano y pesado de este mundo, percibiendo los colores en todo su arco de vibración y, con todos los poros de un cuerpo disponible, el aire en su mayor caricia.
A veces… entonces, queda el registro de una experiencia extracotidiana que dura… más…o menos, y volvemos al maltrato cotidiano, al descuido…AHÍ, es cuando agradecemos saber que está Carlos y que vale la pena volver una y otra vez, invertir en sus sesiones y en la religión (re-ligar) de nuestro cuerpo…
Sintéticamente, algo mucho más complejo en lo sencillo y más profundo que “tomar un masaje”. Carlos es un maestro y un artista. MUCHAS GRACIAS!!!!
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